Travesía por el aire: Parapente en Cuchi Corral

Hace ya 32 años atrás, un piloto francés de ala delta, recorrió los 95 Km. que separan a Córdoba capital de La Cumbre. Lentamente fue estirando sus alas, preparó su arnés, volvió a mirar al cielo… y voló. Ese francés fue el creador, sin saberlo, de uno de los sitios más importantes del mundo de vuelo libre, Cuchi Corral.

En las cercanías de La Cumbre se encuentra Cuchi Corral, un lugar donde la práctica del vuelo libre se realiza durante todo el año. La continuación de la Av. San Martín cruzando la Ruta Nacional 38, es un camino de ripio que conduce a Cuchi Corral, que dista a 8 Km. y que significa “Corral de chancho”

El paraje alberga árboles autóctonos, entre ellos molles y quebrachos, que dan al paisaje un colorido especial de amarillos, ocres y rojos intensos. Este sitio constituye un balcón natural, utilizado antiguamente por los aborígenes para la realización de sus rituales religiosos. Con el paso del tiempo Cuchi Corral se ha convertido en uno de los centros de vuelo más importantes de la Argentina. Sus condiciones climatológicas y orográficas son inmejorables, 400 metros de desnivel sobre el valle del Río Pintos, con el cordón de las sierras grandes en el oeste y el cordón de las sierras chicas al este, haciendo que las posibilidades de volar sean muy buenas.

Los expertos en vuelo explican que las montañas junto al sol de Cuchi Corral, son grandes generadores de térmicas (corrientes de aire caliente ascendente) que funcionan como nafta para un parapente. Cuanto mejores son las térmicas, más alto podemos subir y más posibilidades tenemos de trasladarnos por el cielo.

Desde hace varios años, este lugar es elegido por los mejores pilotos del mundo, que vienen al Valle de Punilla en busca de batir records, mejorar estilos o simplemente disfrutar de la famosa calidez cordobesa, acompañada de buen vuelo. Pero esta sensación de libertad aérea no se reserva exclusivamente a los profesionales, sino que puede ser experimentada por todos aquellos que se animen a subirse a un parapente.

En Cuchi Corral, existe un staff de Instructores-Pilotos Profesionales, quienes se encargan de cuidar, aconsejar y ayudar a cada una de las personas que llegan al lugar. Este staff también se ocupa de realizar vuelos llamados de bautismo, para personas que no tienen experiencia previa. En estos vuelos asistidos, el pasajero se sienta en una cómoda silla trasera, mientras que un piloto guía el recorrido, realizando un paseo inolvidable sobre el paisaje de Cuchi Corral. “Mirar la geografía desde arriba es algo único, todo se ve tan pequeño y a la vez tan hermoso”, comenta con emoción Mariano Baccola, instructor. Una vez en el aire, Pasajero y Piloto disfrutan de una hermosa experiencia que dura entre 20 y 30 minutos. También es posible realizar cursos de iniciación de parapente, “después de probar el vuelo de bautismo, muchos visitantes descubren la gran pasión que encierra el deporte”, explica Mariano.

Luego de volar, los turistas pueden conocer otras localidades muy cercanas a Cuchi Corral. Uno de los recomendados de la región es la ciudad de La Cumbre, caracterizada por la calidad y el confort de sus hoteles, gastronomía y divertimentos. Cuchi Corral es sinónimo de vuelo en parapente, un espacio de increíble belleza, donde el espíritu de aventura y el vuelo libre, constituyen los vehículos ideales para que el hombre se realice en su más ansiado sueño: volar. Las sensaciones que transmite el vuelo en parapente son de placer, libertad y felicidad. Un deslizarse y flotar, apacible y divertido por el cielo.

Más información: www.lacumbre.gov.ar